Nos encontramos ante una colección de ensayos cuyo hilo conductor es la historia de la ciencia y del conocimiento en el mundo ibérico. El primero de ellos, "Chivalric Epistemologic and Patriotic Narratives: Iberian Colonial Science", ofrece una rápida panorámica de estas dos tradiciones en la América colonial, sugiriendo que la epistemología sazonada por lo caballeresco, tan característica de las expansiones ibéricas, también influyó en los tempranos imperios coloniales inglés y francés.
La epistemología caballeresca también es el foco del segundo ensayo, "The Colonial Iberian Roots of the Scientific Revolution", que explora los orígenes ibéricos de las ideas de Francis Bacon en su inacabada La Nueva Atlántica (1624), arguyendo que los historiadores de la ciencia han pasado por alto los orígenes ibéricos de las ideas clave asociadas con los cambios habidos en el siglo XVII en la filosofía natural y que revolucionaron el temprano mundo moderno, exponiendo que los historiadores angloamericanos han permanecido ciegos a los orígenes ibéricos de la modernidad. Localizando estos orígenes en el norte de Europa, ello no ha sido solamente el resultado de los prejuicios que han marginalizado los desarrollos habidos en el Imperio español considerándolos una vuelta atrás, sino que también ha sido el resultado de qué disciplinas han elegido los historiadores de la ciencia para construir sus narrativas. Hasta muy recientemente, fueron las matemáticas y la física las que monopolizaron la atención, y la Revolución científica fue considerada el resultado del triunfo del heliocentrismo copernicano y la nueva filosofía mecanicista de Galileo, Descartes y Newton. Los historiadores, sin embargo, están abandonando esta narrativa, prestando una estrecha atención a los papeles jugados por el imperio, el comercio y el coleccionismo. Disciplinas como la cartografía y la historia natural ya no son consideradas como algo marginal en la narrativa de los orígenes de la modernidad científica, pero a pesar de ello los historiadores no se han sumado al estudio de los imperios ibéricos. El ensayo sugiere que esto tiene que ver en parte con la tradición de secreto de estado que conservó en los archivos muchas de las investigaciones en naturaleza y tecnología, por lo que fueron incapaces de llegar a otros europeos y de sumarse a la memoria histórica colectiva.
El tercer ensayo, "From Baroque to Modern Colonial Science", ofrece una visión general de las prácticas de la filosofía natural en la América colonial española. Las tempranas monarquías compuestas permitieron al Nuevo Mundo un alto grado de autonomía política y económica, y al igual que en Europa las tradiciones neoplatónicas de la ciencia se desarrollaron para reforzar las jerarquías políticas locales. Esta tradición barroca fue atacada a inicios del siglo XVIII, sin embargo, coincidiendo con la transformación de los virreinatos del Nuevo Mundo en colonias modernas. Esto resultó en un desarrollo de nuevas tradiciones científicas, que provocaron profundos cambios culturales. Pero a pesar de estos cambios, la naturaleza fue desplegada tanto en los regímenes coloniales barroco como moderno, a fin de dar soporte a las agendas patrióticas de los políticos del Nuevo Mundo.
"New World, New Stars, Patriotic Astorlogy and the Invention of Amerindian and Creole Bodies in Colonial Spanish America 1600-1650" describe cómo el patriotismo adornó la práctica de la astrología en el Nuevo mundo, y también muestra que las élites criollas educadas en la América española fueron capaces de transformar la medicina galénica e hipocrática para defender sus virreinatos, que consideraban reinos de pleno derecho. En este proceso, ellos crearon el moderno concepto del cuerpo racializado. Pero ese patriotismo también se da en la España peninsular, según muestra el ensayo "Eighteenth Century Spanish Political Economy: Epistemology and Decline", que revela cómo algunos españoles mostraron que las causas del declive español había que buscarlas no en teorías basadas en los principios de la naturaleza humana, sino a través de una rigurosa investigación en los archivos. La tradición patriótica anticartesiana desarrolló una epistemología de las ciencias sociales muy similar a la que introdujeron los críticos de la Revolución Francesa como Edmund Burke.
"How Derivative was Humboldt? Microcosmic Narratives in Early Modern Spanish Americna and the Other Origins of hUmboldt´s Ecological Sensibilities" continúa el estudio de la interpretación patriótica de la naturaleza en el Imperio español, mostrando que la historia del pensamiento ecológico ha ignorado las raíces hispanoamericanas de las teorías biogeográficas de Humboldt. Este ha sido considerado como el inventor de las teorías de la ecología de las plantas y la biodistribución que culminaría con sus mapas de los nichos microecológicos de los Andes, pero los historiadores de la ciencia no se han fijado en que Humboldt aprendió a leer los Andes como un laboratorio natural en el que estudiar la distribución de las plantas, de los intelectuales locales. Los naturalistas locales consideraron los Andes como un microcosmos con todos los climas y por lo tanto con toda la fauna y la flora del mundo. En su imaginación, los virreinatos ibéricos eran el mundo en pequeño. Finalmente, "Landscapes and Identities: Mexico 1850-1900" argumenta que los científicos artistas mexicanos del siglo XIX se entrenaron en las nuevas ciencias de la geología y la metereología produciendo representaciones de paisajes locales que eran de hecho alegorías históricas de la nación.
Datos de la obra: Jorge Cañizares-Esguerra, Nature, Empire and Nation. Explorations of the History of Science in the Iberian World, Stanford University Press, 2007.