La leyenda pretende que Disney haya imaginado el personaje de Mickey en 1926, mientras viajaba en tren de Nueva York a Los Angeles. Nombrado en un principio Mortimer, fue su esposa quien le sugirió llamarlo Mickey. Su primer corto, Plane Crazy, se estrenó en 1927 sin éxito, pero el siguiente, Steamboat Willie, de 1928, fue un gran triunfo. Del cine Mickey pasó al comic en 1931, y en 1933 comenzaba Mickey Mouse Magazine. Minnie le acompañó desde 1928, Pluto desde 1931 y Goofy en 1932. Hasta los años cincuenta cambiaron varias veces de aspecto y de indumentaria. Mickey experimentó una progresiva humanización, abandonando sus vestimentas de niño por otras de adultos, a la vez que se transformaba su carácter, juguetón y astuto al principio, se va convirtiendo en un héroe que pone su inteligencia y su astucia al servicio de las autoridades, colaborando con la policía y haciendo arrestar a los criminales.
Ser un ratón no parece haber perjudicado la carrera de Mickey, aunque en la tradición occidental este animal estaba asociado a la muerte y a los fantasmas, especialmente el ratón negro. Pero el simbolismo de la rata es aún más inquietante, y es posible que al filo del siglo XX la pareja rata/ratón se haya convertido en el imaginario en una pareja de contrarios, negativo y positivo respectivamente. El ratón se acabaría convirtiendo en portavoz de la buena suerte, y en el campo forma parte de la familia, los niños le dan pan y queso, le ofrecen sus primeros dientes de leche (tradición constatada en Alemania en el siglo XVI) y recitan rimas donde se alude a la malicia del pequeño ratón. Probablemente esta malicia es la que Disney ha querido reflejar en Mickey. En Europa el éxito no fue inmediato, salvo en Italia, donde recibió el nombre de Topolino, y no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando tuvo su gran impacto, aunque fue pronto eclipsado por Donald.
El pato Donald nació en 1934, al principio como compañero de Mickey, y durante varios años tuvo un papel relativamente secundario, con un diseño inestable y a veces desagradable, hasta que en 1937 adquirió su forma y su vestuario definitivos. Al mismo tiempo, se transforma en una especie de anti-Mickey, perezoso, gruñón, colérico, vanidoso, y siempre sin un céntimo. Desde la década de 1940 adquiere autonomía propia, en 1943 se publica su primer comic book, y se le unen diferentes personajes, como Daisy, sus sobrinos Huey, Dewey y Louie (en español Jorgito, Juanito y Jaimito), luego Uncle Scrooge (el tío Gilito), riquísimo, avaro, y con una vitalidad diabólica, imagen deformada del capitalismo decimonónico, su rival Gus the Goose (Gus el ganso) que corteja a Daisy, su amigo Gladstone (Narciso Bello), y desde 1951 los Beagle Boys (los Golfos Apandadores). Tras la guerra Donald llega a eclipsar a Mickey, especialmente en Europa, y, sorprendentemente, se hace muy popular también el tío Gilito, aunque hay que partir del hecho de que en la tradición cultural europea el pato es un animal de buena suerte.
Algunos sociólogos han intentado ubicar ideológicamente al pato Donald: un rebelde de izquierdas, un pequeño burgués centrista, o un anarquista de derechas. Un proletario sin suerte o un individualista incapaz y desprovisto de cualquier sentido político o moral. Algunos han intentado explicar porqué en Europa Donald ha rebasado a Mickey. Donald solamente tiene defectos, es negativo, no quiere trabajar, vive a la sombra de su tío, se lanza a empresas donde siempre pierde. Mickey es leal, simpático, lleno de coraje y de valentía, defiende a los débiles, lucha con éxito contra los criminales, se lanza a mil aventuras extraordinarias. Mickey es un ganador, Donald un perdedor, pero la vieja Europa hace mucho que se cansó de los ganadores y de su entusiasmo pueril. Al simpático ratón se prefiere el canalla pato, más humano, más patético, y menos americano.
Extractado de Michel Pastoureau, Les animaux célèbres, París, Arléa, 2008, pp. 275-281.